Por Carlos Ferrera
—¡Y
entonces… cucha cucha Martínez, cucha esto!
—Lo
escucho con atención, Mayor.
—Mira muchacho, mami
hace así… se levanta del taburete… pone la caderita así echá palante como
hace ella… se coge la saya con las dos manos, tipo mexicana, se le planta delante
a Máximo, y le dice… “¿Y a ti quién coño
te invitó a esta guerra, tú, calvo?
— (TODOS
LOS PRESENTES) ¡Juaaaaaaaaaaaajajajajaja!
—¡No
me diga, Mayor!
—Aquello
se vino abajo.
—¡Vaya
espectáculo, rediez!
—¡Bueno
bueno bueno, Calvar, Rabí, Moncada, Salvador
Cisneros, toda esa banda, partidos de la risa con mi vieja!
— (OFF
JOSÉ LACRET) ¡Silverio del Prado se meó!
— (TODOS)
¡Juaaaaaaaaaaaajajajajaja!
—¡Pero
qué graciosa es vuestra madre, Mayor!
—Mami
es muy fuerte Martínez, nadie la calcula.
— (OFF
JOSÉ MACEO) ¡Cuéntale lo de la escupía, mi helmano!
—Espérate
helmano, aguanta. Cucha Martínez, que esto no acaba ahí.
—¿Ah
no? ¡Ostia!
—Máximo
se encabrona, y se le ocurre decirle a mami…
—Qué…
—Que
no me iba a votar para presidente de la República en Armas.
—¡No!
—¿Cómo
te quedas, Martínez?
—¡Me
deja sin palabras Mayor! ¡Qué temerario el Mayor General Gómez!
—Con
lo que nosotros hemos sido para ese hombre, Martínez…
—Me consta
Mayor, me consta…
—Que sin ser cubano ni nada, le
hemos dao una guerra pa que la goce, como le gusta a él gozar la guerra. Porque
él es un gozador de la guerra del carajo, ¿sabes, Martínez?
—Ya.
—Está
muy enganchado a esto del guerreo. Para él es como droga, ¿me sigues?
—Sí
sí sí…
—Pero
negarme a mí así, su voto, yo que lo consideraba mi hermano… ¡eso mami sí que
no se lo podía permitir!
—Su
madre es incontenible.
— Muchacho,
se sacó el machete y le fue parriba.
—¡Virgen
de la Almudena!
—Menos
mal que Quintín, aquí presente, la contuvo.
—(OFF QUINTÍN BANDERAS) Trabajo que me costó.
—(OFF QUINTÍN BANDERAS) Trabajo que me costó.
—Y entonces
mami escupió a Máximo. En toda la cara.
— (OFF
JOSÉ MACEO) En las gafitas.
—Vaya
por Dios…
—Si
ves al pobre Máximo limpiando sus gafas, y mami gritando como una posesa
mientras Quintín se la llevaba pa Santiago…
— (OFF
QUINTIN BANDERAS) Trabajo que me costó.
—Sí
que tiene valor doña Mariana…
—Es
una cricúa.
—Digamos
que… su valentía es encomiable.
—Yo
siempre se lo digo; “Mami, pero qué cricúa tú eres, muchacha”.
—Se
nota que os queréis.
—Yo
la adoro. Sin mami no me hallo, la verdad.
—Eso
lo honra, Mayor.
—Madre
solo hay una, Martínez…
—Sí
señor, sagrada y bendita la hizo Dios…
—Es
que si me falta mami, dejo la guerra y lo dejo todo, fíjate como te digo.
—¡No
me diga Mayor!
—Se
me saltan las lágrimas, solo de pensar que mami me falte.
—Un
caso de amor filial impensable en esta cruenta contienda.
— (…)
— (…)
—Martínez,
quería pedirte disculpas por lo del atentado.
—Disculpas
aceptadas Mayor. Fue solo un intento, todo está olvidado.
—Yo
no olvido Martínez. Mami me dice siempre: “Nunca olvides, mijo, siempre guarda
rencor”.
—Su madre
es una inestimable fuente de buenos consejos.
—Por eso insisto en pedirte
disculpas por lo que te hicieron mis muchachos…
—Si he
de serle sincero, Mayor… me ha sorprendido que sus tropas intentaran atentar contra
mi vida, solo llegar aquí.
—Sí
sí, Martínez, tienes toda la razón. Se nos fue la musa.
—Siendo
esta una tregua, como usted entenderá, uno no espera…
—Ya
ya …
—Fue
un recibimiento un poco…
—Hostil.
—Pues
sí.
—Es
que mis hombres no son así Martínez. ¡No sé qué nos pasó!
—
¿Cómo?
—¡Ya
los regañé a todos! “¡Nosotros no somos así, cojones, ¿estamos locos, o qué?!”,
les dije.
—Mayor,
yo le agradezco…
—¡Coño,
mira que intento educarlos, Martínez! ¡Me desvivo por que coman bien, que se
calcen, que descansen antes de entrar en combate, que si esto, que si lo otro,
soy el mejor jefe que puedas encontrar en toda la República en Armas!
—Sí
señor.
—¡Y
solo les pido que sean un poco, solo un poco amigables con el enemigo!
—Ya…
—Antes
de tú llegar les dije, “No formen nada caballero, que ese blanco es de salir, no
le toquen ni un pelo de su cuerpo”.
—Han
estado a punto de dispararme entre las cejas…
—Ya
ya, pero pregúntale a esta gente si no lo dije. A Crombet, a Lacret, ¿Lo dije o
no lo dije caballero? ¡Pregúntales!… ¡O a Quintín! ¡Quintín, ¿qué te dije yo?!
— (OFF
QUINTÍN BANDERAS) Na, eso, que no formáramos nada.
—¿Ves?
—Ya
si yo le creo, y estoy muy agradecido de…
—¡Se
lo repetí una pila de veces: “Caballero, hay que respetar la treeeegua, hay que
respetar la treeeeegua…!
—Claro
claro…
—Pero
les entró por un oído y les salió por el otro.
—Bueno
yo ya lo he olvidado General…
—¡No
sé qué les pasa a estos negros, que ven un pancho, y se les sube un fuego por
las venas!
—Ya…
—¡Nadamás
que quieren sangre española, sangre española, sangre española…!
—¡Alabado
sea el Señor!
—Y
enseguida quieren disparar.
—Olvidado
todo General. Me lo tomaré como un mal entendido. Y los malos entendidos se
olvidan. ¿No?
—No
no, los malentendidos no se pueden olvidar, Martínez, lo siento, pero ahí
discrepamos.
—¿Cómo?
—Mami
siempre me dice, “Toño, —ella me dice Toño—, nunca olvides un malentendido.
Todo lo que sea bronca, es bueno para el alma…”
—Qué
profundas palabras las de su madre…
—Y
sabias, Martínez, muy sabias…
—Seguramente…
—Mami
es muy polémica.
—Se
nota.
—¿Cómo
te lo estás pasando Martínez?
—Yo
estoy muy a gusto Mayor.
—Ya
te dije, que ibas a sentirte como en tu casa. Quitando el intento de atentado, todo
va muy bien.
—Yo
estoy alucinando. Es como una montaña rusa de emociones…
—Yo
estoy como si nos conociéramos de toda la vida…
—La
entrevista está siendo un poco rara, pero muy entretenida.
—Tienes
toda mi atención, Martínez. Pide por esa boca. ¿Necesitas algo?
—Quizás
echo un poco de menos una silla…
—Después
pasamos al interior de la casa, y puedes sentarte un rato en el taburete de
mami.
—Gracias,
es que si llueve, aquí en las hamacas…
—No
te preocupes.
—Tengo
un poco de sed…
—Mami
dejó un poco de canchánchara fresquita. La beberemos.
—¡Se
lo agradeceré, Mayor! Esta postura me está matando.
—Tengo
una banqueta de bar por ahí...
—No,
no, déjelo… no será necesario.
—No
he podido conseguir una camarita para hacernos una foto.
—Yo
he traído a dos dibujantes para que tomen nota de este momento.
—Es
que vamos mal de fondos. Marta Abreu últimamente no suelta un quilo para los
que estamos en el monte…
—Yo
creía que Doña Marta era muy desprendida y dadivosa con las finanzas de vuestra
lucha…
—Cuento, cuento Martínez, puro cuento. Esa gorda no suelta plata, ni dándole candela.
—No
me diga, Mayor…
—Le
dijo a mami que tenía muchos huérfanos y muchos enfermos que atender, y que
estaba haciendo una escuela y no sé qué más. Se está haciendo la loca.
—Qué
poca seriedad.
—Mami
no la puede ver, ni a ella ni a las hermanas.
—Me
lo imaginaba.
—Dice
que son unas blancas burguesas, oportunistas de mierda.
—Vuestra
madre es dura.
—Dice
que Marta le tiene hecha la vida un yogur a la nuera… ¿sabes algo?
—¿Sobre
Doña Marta o sobre Doña Catalina Lasa?
—¡De
las dos, de las dos! Mami se volverá loca con el chisme.
—Bueno,
yo solo sé lo que se rumorea en La Habana sobre ellas, lo del divorcio y eso.
—Dice
mami que van a terminar matándose. Las villareñas son muy conflictivas.
—Si
quiere usted, Mayor, a mi regreso a Europa puedo llevarle una carta a Doña
Marta.
—Te
lo agradeceré Martínez. Esa gorda se me está escondiendo. Mira que mami me lo
dijo: “Es tremenda hija de puta, no confíes en ella, que los blancos no
sirven”.
—Su
madre es una gran consejera…
— (OFF
FLOR CROMBET) ¡Toño, cuéntale lo de Pepe!
— (OFF
SILVERIO DEL PRADO, FIGUEREDO, JOSÉ MACEO) ¡¡Dale Toño, cuenta lo de Pepe!!
—Aguanten
caballero, aguanten… jejeje, ay mi madre…
—¿Qué
es “lo de Pepe”, si se puede saber, Mayor?
—Una
cosa que le pasó a mami con José Martí en Estados Unidos, y estos cabrones
quieren que te la cuente.
—¡Soy
todo oídos, Mayor!
—Tú
sabes que mami no puede ver a Martí, ¿no?
—Ya
me dijo usted algo, sí…
—No
le gusta nada nada, pero nada como escribe…
—¡Pobre
hombre!
—Cucha
lo que le hizo…
(CONTINUARÁ)
Jjjj me los leí seguido.Disfrute total. Mi familia materna es campesina y oriental. Tenemos mujeres parecida jjjj
ResponderEliminarjaaaaaaajajajajajajaja... gracias Salvita
EliminarMe gusto mucho la 1 y 2 parte,en espera de la tercera con "mami,toño y el ingenuo pepe "
ResponderEliminarya vienen llegando Maine
ResponderEliminarJaja es la segunda vez q lo leo y es imposible no disfrutarlo...
ResponderEliminarYa me lo decía Mami...
no leas a Ferrera, que ese cabron primero té endulza y después te hace adicta!!!
Y es que mami no se equivocaaaa!!!
Felicidades una vez más!!!