jueves, 25 de enero de 2018

BARAGUÁ OFF THE RECORD (I)

BARAGUÁ OFF THE RECORD (I)


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- Y sus Majestades están dispuestas a llegar a un acuerdo pacífico, si vosotros deponéis las armas y dejáis de hacernos brujería. 
- No sé.... Tendría que preguntarle a mi mamá, Martínez Campos.
- ¿A Doña Grajales?
- Sí.
- ¿Y eso?
- Es que yo no hago nada sin consultárselo a mami.
- Eso puede ser un problema, Mayor. ¿Es necesario...?
- Muchacho, como yo haga algo sin preguntarle a mi vieja, es capaz de recoger e irse pa Jamaica. Y yo sin mami aquí me muero.
- General, es una decisión de estado. Su madre en esto...
- Aquí funcionamos así Martínez. Cosas de familia.
- ¿Y para cuándo tendrá usted una respuesta de Doña Mariana?
- No lo sé. Quizás en dos o tres días.
- Estamos en Baraguá, como quien dice al lado de Santiago...
- Ya, pero ella se toma su tiempo. No le gusta que le metan prisas.
- ¿Cómo puedo hablar esto con el General Gómez?
- No sé Martínez, yo no le hablo a Máximo desde hace un mes.
- Joder... lo siento.
- Fue idea de mami.
- Me lo imaginaba...
- Me dijo, "no te conviene andar con Máximo". Y hasta ahí duró nuestra amistad.
- Qué carácter tiene su madre...
- Es muy fuerte. Por eso ya le digo que usted y yo hoy tampoco vamos a llegar a un acuerdo.
- Mayor, hemos firmado el Pacto del Zanjón...
- Mami no está de acuerdo con ese pacto.
- Vaya por Dios.
- No incluye la Independencia ni la liberación de los esclavos. Y ella por ahí dice que no pasa.
- ¡Pero otros generales lo han firmado! Su majestad dice que...
- Dice mami que lo que diga su majestad, ella se lo pasa por ahí..
- Qué barbaridad.
- Lo siento Martínez, porque me caes bien, pero yo no puedo ayudarte. Cuando a mami se le mete algo en la cabeza...
- Ya veo, Mayor. Su madre es muy peculiar...
- Usted no se imagina cuánto. Ahora dice que no le gusta Pepe...
- ¿José Martí?
- Sí.
- Pobre hombre.
- A mami no le gusta como escribe.
- Eso es caer en desgracia...
- Mami está entrenando un caballo para regalárselo y que lo arrastre a la muerte.
- Me parte el alma.
- A mí me dará pena verlo morir, así sin dientes y tan buenazo.
- Es un cacho de pan, hombre de Dios.
- Pero si a mami no le gusta, yo no puedo hacer nada...
- Ya.
BARAGUÁ OFF THE RECORD (II)

BARAGUÁ OFF THE RECORD (II)


—¡Y entonces… cucha cucha Martínez, cucha esto!
—Lo escucho con atención, Mayor.
—Mira muchacho, mami hace así… se levanta del taburete… pone la caderita así echá palante como hace ella… se coge la saya con las dos manos, tipo mexicana, se le planta delante a Máximo, y le dice…  “¿Y a ti quién coño te invitó a esta guerra, tú, calvo?
— (TODOS LOS PRESENTES) ¡Juaaaaaaaaaaaajajajajaja!
—¡No me diga, Mayor!
—Aquello se vino abajo.
—¡Vaya espectáculo, rediez!
—¡Bueno bueno bueno, Calvar, Rabí,  Moncada, Salvador Cisneros, toda esa banda, partidos de la risa con mi vieja!
— (OFF JOSÉ LACRET) ¡Silverio del Prado se meó!
— (TODOS) ¡Juaaaaaaaaaaaajajajajaja!
—¡Pero qué graciosa es vuestra madre, Mayor!
—Mami es muy fuerte Martínez, nadie la calcula.
— (OFF JOSÉ MACEO) ¡Cuéntale lo de la escupía, mi helmano!
—Espérate helmano, aguanta. Cucha Martínez, que esto no acaba ahí.
—¿Ah no? ¡Ostia!
—Máximo se encabrona, y se le ocurre decirle a mami…
—Qué…
—Que no me iba a votar para presidente de la República en Armas.
—¡No!
—¿Cómo te quedas, Martínez?
—¡Me deja sin palabras Mayor! ¡Qué temerario el Mayor General Gómez!
—Con lo que nosotros hemos sido para ese hombre, Martínez…
—Me consta Mayor, me consta…
—Que sin ser cubano ni nada, le hemos dao una guerra pa que la goce, como le gusta a él gozar la guerra. Porque él es un gozador de la guerra del carajo, ¿sabes, Martínez?
—Ya.
—Está muy enganchado a esto del guerreo. Para él es como droga, ¿me sigues?
—Sí sí sí…
—Pero negarme a mí así, su voto, yo que lo consideraba mi hermano… ¡eso mami sí que no se lo podía permitir!
—Su madre es incontenible.
— Muchacho, se sacó el machete y le fue parriba.
—¡Virgen de la Almudena!
—Menos mal que Quintín, aquí presente, la contuvo.
—(OFF QUINTÍN BANDERAS) Trabajo que me costó.
—Y entonces mami escupió a Máximo. En toda la cara.
— (OFF JOSÉ MACEO) En las gafitas.
—Vaya por Dios…
—Si ves al pobre Máximo limpiando sus gafas, y mami gritando como una posesa mientras Quintín se la llevaba pa Santiago…
— (OFF QUINTIN BANDERAS) Trabajo que me costó.
—Sí que tiene valor doña Mariana…
—Es una cricúa.
—Digamos que… su valentía es encomiable.
—Yo siempre se lo digo; “Mami, pero qué cricúa tú eres, muchacha”.
—Se nota que os queréis.
—Yo la adoro. Sin mami no me hallo, la verdad.
—Eso lo honra, Mayor.
—Madre solo hay una, Martínez…
—Sí señor, sagrada y bendita la hizo Dios…
—Es que si me falta mami, dejo la guerra y lo dejo todo, fíjate como te digo.
—¡No me diga Mayor!
—Se me saltan las lágrimas, solo de pensar que mami me falte.
—Un caso de amor filial impensable en esta cruenta contienda.
— (…)
— (…)
—Martínez, quería pedirte disculpas por lo del atentado.
—Disculpas aceptadas Mayor. Fue solo un intento, todo está olvidado.
—Yo no olvido Martínez. Mami me dice siempre: “Nunca olvides, mijo, siempre guarda rencor”.
—Su madre es una inestimable fuente de buenos consejos.
—Por eso insisto en pedirte disculpas por lo que te hicieron mis muchachos…
—Si he de serle sincero, Mayor… me ha sorprendido que sus tropas intentaran atentar contra mi vida, solo llegar aquí.
—Sí sí, Martínez, tienes toda la razón. Se nos fue la musa.
—Siendo esta una tregua, como usted entenderá, uno no espera…
—Ya ya …
—Fue un recibimiento un poco…
—Hostil.
—Pues sí.
—Es que mis hombres no son así Martínez. ¡No sé qué nos pasó! 
— ¿Cómo?
—¡Ya los regañé a todos! “¡Nosotros no somos así, cojones, ¿estamos locos, o qué?!”, les dije.
—Mayor, yo le agradezco…
—¡Coño, mira que intento educarlos, Martínez! ¡Me desvivo por que coman bien, que se calcen, que descansen antes de entrar en combate, que si esto, que si lo otro, soy el mejor jefe que puedas encontrar en toda la República en Armas!
—Sí señor.
—¡Y solo les pido que sean un poco, solo un poco amigables con el enemigo!
—Ya…
—Antes de tú llegar les dije, “No formen nada caballero, que ese blanco es de salir, no le toquen ni un pelo de su cuerpo”.
—Han estado a punto de dispararme entre las cejas…
—Ya ya, pero pregúntale a esta gente si no lo dije. A Crombet, a Lacret, ¿Lo dije o no lo dije caballero? ¡Pregúntales!… ¡O a Quintín! ¡Quintín, ¿qué te dije yo?!
— (OFF QUINTÍN BANDERAS) Na, eso, que no formáramos nada.
—¿Ves?
—Ya si yo le creo, y estoy muy agradecido de…
—¡Se lo repetí una pila de veces: “Caballero, hay que respetar la treeeegua, hay que respetar la treeeeegua…!
—Claro claro…
—Pero les entró por un oído y les salió por el otro.
—Bueno yo ya lo he olvidado General…
—¡No sé qué les pasa a estos negros, que ven un pancho, y se les sube un fuego por las venas!
—Ya…
—¡Nadamás que quieren sangre española, sangre española, sangre española…!
—¡Alabado sea el Señor!
—Y enseguida quieren disparar.
—Olvidado todo General. Me lo tomaré como un mal entendido. Y los malos entendidos se olvidan. ¿No?
—No no, los malentendidos no se pueden olvidar, Martínez, lo siento, pero ahí discrepamos.
—¿Cómo?
—Mami siempre me dice, “Toño, —ella me dice Toño—, nunca olvides un malentendido. Todo lo que sea bronca, es bueno para el alma…”
—Qué profundas palabras las de su madre…
—Y sabias, Martínez, muy sabias…
—Seguramente…
—Mami es muy polémica.
—Se nota.
—¿Cómo te lo estás pasando Martínez?
—Yo estoy muy a gusto Mayor.
—Ya te dije, que ibas a sentirte como en tu casa. Quitando el intento de atentado, todo va muy bien.
—Yo estoy alucinando. Es como una montaña rusa de emociones…
—Yo estoy como si nos conociéramos de toda la vida…
—La entrevista está siendo un poco rara, pero muy entretenida.
—Tienes toda mi atención, Martínez. Pide por esa boca. ¿Necesitas algo?
—Quizás echo un poco de menos una silla…
—Después pasamos al interior de la casa, y puedes sentarte un rato en el taburete de mami.
—Gracias, es que si llueve, aquí en las hamacas…
—No te preocupes.
—Tengo un poco de sed…
—Mami dejó un poco de canchánchara fresquita. La beberemos.
—¡Se lo agradeceré, Mayor! Esta postura me está matando.
—Tengo una banqueta de bar por ahí...
—No, no, déjelo… no será necesario.
—No he podido conseguir una camarita para hacernos una foto.
—Yo he traído a dos dibujantes para que tomen nota de este momento.
—Es que vamos mal de fondos. Marta Abreu últimamente no suelta un quilo para los que estamos en el monte…
—Yo creía que Doña Marta era muy desprendida y dadivosa con las finanzas de vuestra lucha…
—Cuento, cuento Martínez, puro cuento. Esa gorda no suelta plata, ni dándole candela.
—No me diga, Mayor…
—Le dijo a mami que tenía muchos huérfanos y muchos enfermos que atender, y que estaba haciendo una escuela y no sé qué más. Se está haciendo la loca.
—Qué poca seriedad.
—Mami no la puede ver, ni a ella ni a las hermanas.
—Me lo imaginaba.
—Dice que son unas blancas burguesas, oportunistas de mierda.
—Vuestra madre es dura.
—Dice que Marta le tiene hecha la vida un yogur a la nuera… ¿sabes algo?
—¿Sobre Doña Marta o sobre Doña Catalina Lasa?
—¡De las dos, de las dos! Mami se volverá loca con el chisme.
—Bueno, yo solo sé lo que se rumorea en La Habana sobre ellas, lo del divorcio y eso.
—Dice mami que van a terminar matándose. Las villareñas son muy conflictivas.
—Si quiere usted, Mayor, a mi regreso a Europa puedo llevarle una carta a Doña Marta.
—Te lo agradeceré Martínez. Esa gorda se me está escondiendo. Mira que mami me lo dijo: “Es tremenda hija de puta, no confíes en ella, que los blancos no sirven”.
—Su madre es una gran consejera…
— (OFF FLOR CROMBET) ¡Toño, cuéntale lo de Pepe!
— (OFF SILVERIO DEL PRADO, FIGUEREDO, JOSÉ MACEO) ¡¡Dale Toño, cuenta lo de Pepe!!
—Aguanten caballero, aguanten… jejeje, ay mi madre…
—¿Qué es “lo de Pepe”, si se puede saber, Mayor?
—Una cosa que le pasó a mami con José Martí en Estados Unidos, y estos cabrones quieren que te la cuente. 
—¡Soy todo oídos, Mayor!
—Tú sabes que mami no puede ver a Martí, ¿no?
—Ya me dijo usted algo, sí…
—No le gusta nada nada, pero nada como escribe…
—¡Pobre hombre!
—Cucha lo que le hizo…

(CONTINUARÁ)

martes, 16 de enero de 2018

LA AMISTAD FRATERNAL: HISTORIA FOTOGRÁFICA DE LA CAMARADERÍA MASCULINA

LA AMISTAD FRATERNAL: HISTORIA FOTOGRÁFICA DE LA CAMARADERÍA MASCULINA


Las Fraternidades Masculinas 
y otras yerbas

 es el seudónimo y también los nombres de dos fantásticos escritores, que por allá por 2011 consiguieron atraer sobre sí la atención de propios y profanos, -además de por su curioso alias bicéfalo-, por la publicación de un extenso trabajo fotográfico de investigación, sobre las hermandades de hombres y los códigos sociales de la camaradería masculina a través de la historia. 
Se lo muestro:
















  

















































































Los autores

Brett & Kate McKay