SALIR DE UN COMA EN MARIANAO Suite I

(Por Carlos Ferrera)

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- Concha, tú sabes bien como he sido yo con mami , que me he dejado la piel por ella. No la he ido a ver al hospital, es verdad, pero su vaso de agua arriba del escaparate no le ha faltado nunca desde que cayó en coma. ¡Y ahora viene mi hermana y me hace esto! (...) ¿Cómo que por qué me pongo así Concha!? ¡Pues porque la despertó ella! ¡La ha despertado ella con todo lo que ha formado en el hospital! ¡Se ha pasado un año entero jodiendo, Concha! ¡Llevando santeros a hacer brujería, celebrando misas espirituales y susurrándole cosas al oído a mamá por las noches, como si la pobrecita fuera un caballo! ¡Era imposible con tanto escándalo a su alrededor, que mami conciliara el sueño! (…) O el coma, o como se diga. (…) ¡Si estaba bien así, dormida, Concha! ¡Mamá había adelgazando y todo! No bebía alcohol ni se ponía a comer sin control, como cuando estaba despierta; dormía divinamente con su vía de solución salina en vena y sus 100 mililitros de suero de glucosa. Ya no se le salían las varices de caminar por el barrio, ni se pulía el dinero jugando a la bolita, ni se iba a tomar ron a la piloto de la esquina. (…) Ahora estaba tranquila, respirando oxígeno puro las 24 horas, acostada como una reina, Concha, con aire acondicionado y música clásica en una habitación individual divina. ¡Si es que no podía estar mejor, Concha, mamá había vuelto a ser persona! Mamá estaba muy bien en coma, Concha (…) Y ahora dime tú, quién coño es Lola para cambiar algo que ya habían decidido Dios y los médicos, que de comas saben más que ella. Lo dijo bien claro el médico: “Es un coma irreversible”; i-rre-ver-si-ble, que que quiere decir, que cuando se manifiesta, no hay arreglo, la gente se va del aire (…) Y ahora se aparece la otra gritando “¡Que está viva, que está viva!”. ¡Claro que estaba viva, comemierda! ¡Sólo estaba dormida! (…) ¡ Pues sí, sufro Concha, sufro porque se trata de mamá, que la tengo en un pedestal! Y te digo una cosa: La única que ha mantenido la calma y ha tomado las riendas de la situación he sido yo. Porque la Lola se ha tirado el año entero como poseída pero sin mover un dedo para preparar el funeral de mamá… (…) Yo sí: Yo he mandado a limpiar el panteón de la familia, que no se abría desde que abuelo se fue y estaba hecho una mierda. Que por cierto, también tuve que cambiar a tía Ernestina de sitio, porque mamá es más ancha de caderas. (…) He estado mirando cajas de esas nuevas de nogal, que duran más que los de pino, pero cuestan un montón de cuc, así que va en una de cartón tabla. Bastante hice comprándole tres metros de tela para el vestido que le pondremos en el funeral. (…) Un raso gris tornasolado precioso a juego con los herrajes plata del ataúd. (...) Sí, se le he encargado el vestido a mi modista para mamá, el que vi en el Vogue que me prestaste… (...) Sí chica, el escotado cortado al bies, que es un sueño... (...) Porque adelgazó mucho la pobre y los que tiene le quedan anchos de sisa... (...) Nada, que yo me he encargado de todo, Concha. Por eso te digo que ahora por mis ovarios, a mí Lola no me jode… ( …) ¿Qué? (…) ¡Ni loca! ¡No la llamo ni aunque se esté muriendo abrasada en el fuego del infierno, desangrándose entre horribles estertores de agonía! (…) Bueno, perdona, pero es sólo para que te hagas una pálida idea de hasta qué punto estoy dolida con mi hermana. (…) ¿Rencor? ¡Qué dices, Concha! ¡Si tú sabes que yo no puedo guardarle rencor a nada que respire! ¡Yo soy de poner la otra mejilla! ( …) Y Lola se aprovecha de eso, claro. Siempre ha vendido esa imagen de sensiblera, de frágil, y de sentimental, cuando en realidad es una gran hija de puta. (…) Con lo familiar y lo entrañable que soy yo, Concha, que siempre estoy cuando se me necesita, que veo por los ojos de la familia y me flagelo hasta el dolor más lacerante para que mi gente esté a gusto, que no tengo nada mío… Pero como te digo una cosa te digo la otra: esta Lola me la paga. Mamá vuelve al coma como que me llamo Regla.

(SUITE II disponible aquí)