sábado, 18 de noviembre de 2017

PASOLINI Y EL MARQUÉS DE SADE

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Donatien Alphonse François de Sade, conocido en su barrio como el Marqués de Sade, comenzó a escribir una romanza erótica perturbadora que llamó “Saló o los 120 días de Sodoma”.

No pudo darle fin, entre otras razones, porque fue encarcelado durante 13 años, y terminó sus días obeso, pobre y ciego, el 2 de enero de 1814, mientras su manuscrito pasó sin terminar a manos de su albacea.
160 años más tarde, un pornógrafo moderno quiere continuar y terminar el legado de aquel marqués libidinoso. Pier Paolo Pasolini encuentra y devora la romanza inconclusa de Sade en la biblioteca de Roma, y decide convertirla en cine.

Pier Paolo Passolini

“Saló” (1975) título abreviado por el que se conoce, es aun hoy para muchos críticos, la película más perturbadora jamás concebida. Es una revisita al texto del Marqués, tamizada por la experiencia personal del director italiano, que vivió buena parte de su juventud en la República de Saló. Allí fue testigo de los desmanes y crueldades que cometía el ejército italiano contra la población, y muchos de sus recuerdos condujeron a la conceptualización de "Saló".
La historia tiene lugar durante la ocupación nazi en la República de Saló, al el norte de Italia, durante los años 1944 y 1945. Se divide en cuatro segmentos, literariamente paralelos al Infierno de La Divina Comedia de Dante Alighieri: Anteinfierno, Círculo de las Manías, Círculo de la Mierda y Círculo de la Sangre.
Cuatro hombres poderosos: el Presidente, el Duque, el Obispo y el Magistrado, resuelven casar a sus hijas en un ritual libertino y terrible. Con la ayuda de varios colaboradores, secuestran a dieciocho jóvenes de ambos sexos y los conducen a un palacio cerca de Marzabotto. Los acompañan cuatro ex-prostitutas, también colaboradoras, cuya función será la de contar historias que exciten a los hombres poderosos, que explotarán sexual y sádicamente a sus víctimas.

En el filme se cuentan 3 de los 120 días transcurridos en el palacio, tiempo durante el cual los cuatro hombres poderosos van concibiendo torturas y humillaciones cada vez más aberrantes para sus víctimas.

Para sensibilizar a sus actores con la esencia de sus roles de ficción, Pasolini puso a la mayoría de los personajes el nombre verdadero del actor o actriz que lo interpretaba. Fue aquí también que creó y utilizó por primera vez el famoso “chocorange”, una mezcla de salsa de chocolate con mermelada de naranjas que le sirvió para recrear las heces fecales que ingieren algunos personajes durante la historia. El recurso después ha sido utilizado ampliamente por el cine porno extremo para las escenas de escatofilia.
Pasolini insistió en el carácter metafórico y de denuncia de su película, que en su opinión no era un retrato de la violencia sino una llamada de atención a la indiferencia, la desensibilización y el conformismo de las masas con respecto a ella.
El filme fue prohibido en varios países debido a su gráfico retrato de la violación, la tortura y el asesinato, además de que participaron menores de edad en el rodaje. Como en toda la obra del italiano, la controversia aun continúa, y mientras unos la consideran cine de culto, otros la denostan calificándola de vulgar producto pornográfico.
De sus 145 minutos originales en la primera versión, Pasolini eliminó 25 para ayudar a mantener el ritmo. Ennio Morricone compuso la banda sonora original interpretada al piano por Arnaldo Graziosi. La música no original, en tanto, es Carmina Burana de Carl Orff para la escena de las torturas, varios preludios y valses de Chopin, y la canción popular “Sul ponte di Bassano”, conocida entre los soldados italianos de la Primera Guerra Mundial y versionada durante la república social italiana como “Sul fronte di Nettuno”.


La película se rodó en Saló (interiores), Mantua (interiores y exteriores en las escenas de reclutamiento de los jóvenes), Bolonia y alrededores. El pueblo a orillas del Reno sustituye a la ficticia localización en Marzabotto, lugar donde se supone que transcurre la historia y donde tuvo lugar una de las peores masacres infligidas por los alemanes en territorio italiano, que marcó a Pasolini.
Aldo Valletti (el Presidente) ya era amigo de Pasolini desde la época de “Accattone” y Giorgio Cataldi (el obispo) otro amigo de Pasolini, vendía ropa en Roma, mientras que Paolo Bonacelli (El Duque) hizo varias pequeñas producciones italianas en los 50. El actor Umberto Paolo Quintavalle (el Magistrado) era entonces escritor, y conoció a Pasolini mientras trabajaba en el periódico Corriere della Sera. Pasolini le dio el papel "porque tenía todas las características de un intelectual decadente".
Pasolini utilizó chicos jóvenes no profesionales reclutados por él en los bajos fondos romanos, mientras las chicas las seleccionó de un grupo de fotomodelos de la época, para asegurarse de que tuviesen cuerpos hermosos y no demasiado pudor en enseñarlos.
Mientras buscaba localizaciones para El Decamerón en el valle del Loira, Pasolini se interesó en llevar a la pantalla un libro sobre la vida de Gilles de Räis, el famoso barba azul y conocido sádico pederasta y asesino, pero el complejo montaje de “Saló” le robó demasiado tiempo y al final lo dejó pasar y se volcó en su trilogía.

Cuando se editaban los últimos tramos del filme, varios rollos de película positivada fueron robados y después utilizados para hacerle un chantaje al director, casualmente el mismo día de su muerte. Se desconoce dónde fueron a parar las escenas contenidas en las cintas perdidas.
Sea como fuera, las copias que han llegado a nuestros días siguen marcadas por la rugosa estética descarnada y libidinosa de Pier, y bajo ella, latente y viva, la filosofía amoral y libertina del hombre por el que empezó todo: El Marqués de Sade.








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2 comentarios:

  1. Es una historia terrible; no se puede explicar claramente lo que vas sintiendo mientras la película avanza PPP nos lleva donde el quiere,a la repulsión y el rechazo de los últimos cuentos. Yo terminé cubriendome los ojos con las manos porque no pude más con tanto masowuismo

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  2. Yo la tengo en CD y de vez en cuando la veo, y aunque en su momento debe haber sido considerada como incómoda (cuando menos) hoy creo que quien la vea por vez primera se quedaría medio sorprendido por todo el susto que la gente dice haberse llevado. Vamos, una especie de "no era para tanto".
    Me da la sensación de ver en pantalla algunas o muchas de las fantasías eróticas del propio Passolini mezclado con espíritu partisano.

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