martes, 21 de noviembre de 2017

UN CUBANO EN LA BOHEMIAN GROVE

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Orlando Mustelier 

La fiesta surrealista mundial de los oligarcas



Orlando Mustelier Rivero nació en El Cristo, Santiago de Cuba, en 1917. Huérfano de padre desde niño, con 15 años tuvo que hacerse cargo de sus cuatro hermanos cuando su madre murió el 3 de febrero de 1932, en el devastador terremoto que asoló Santiago.
Orlando entonces emigró con su familia a La Habana para buscarse la vida en la gran ciudad. Había estado allí el año anterior de visita y tenía apalabrado un empleo.

Los Mustelier se fueron a vivir a Arroyo Arenas, porque Orlando empezó a trabajar muy pronto en ese barrio en el cabaret de moda: Sans Souci. Lo contrataron primero como figurante por su magnífica planta, y luego comenzó a bailar a las órdenes del gallego Arsenio Mariño, copropietario del local y padre de la actriz cubana Yolanda Far. 

 Mariño se convirtió en su benefactor, y Orlando comenzó su carrera bajo su tutela, pero casi enseguida el gallego vendió su parte del negocio y se fue de gira por Sudamérica con las hermanas Pfarry, dejando a Orlando a merced del nuevo dueño, que lo sacó del elenco por considerarlo un bailarín “de segunda”. Orlando y sus hermanos se fueron a vivir a una cuartería de la calle Mercaderes con Empedrado y allí los cogió la primavera de 1940. 
 Orlando era pobre y con pocos estudios, pero también era blanco y buen mozo, y eso un día lo salvó de la inopia. Ese año, trabajando de estibador en el puerto de La Habana, y gracias a los contactos de un amigo de la profesión, conoce a Marcel Garnier, un famoso coreógrafo francés del Follies Bergère y de la Opera de New York.

Garnier había ido a Cuba buscando bailarines para integrar un espectáculo “artístico” de características cuanto menos curiosas: 
El “show”, que se titulaba "Hi Jinx", sería representado durante solo siete noches, su participación sería secreta, los ensayos se le pagarían a precio de actuación, y tenía literalmente prohibido comentar con nadie todo lo que viera o escuchara allí el resto de su vida, todo lo cual quedó debidamente reflejado en un contrato, que Orlando firmó sin dudar. 
Garnier se lo llevaría a California donde recibiría alojamiento y dinero suficiente para vivir durante el tiempo que durara el contrato. 
El 2 de junio de 1940, Orlando Mustelier se embarcó en un buque con otros tres bailarines cubanos blancos y bien parecidos como él, pero uno de ellos enfermó gravemente durante el viaje y tuvo que regresar. Orlando y sus dos compañeros continuaron hacia California, pero ambos desertaron de sus planes y desaparecieron sin dejar rastro antes de llegar a Muir. 

Orlando se quedó solo, y solo llegó a los bosques californianos de Muir. Cuando traspasó la cancela de hierro que abría la entrada a su nuevo lugar de trabajo, Orlando presintió que comenzaba para él una aventura que no iba a olvidar jamás. Y tenía razón.
El espectáculo en cuestión, -donde el gran Garnier era al final, solo un modesto asalariado-, era conocido entonces por pocas personas en el mundo, y con seguridad, por ningún cubano. Era solo "el momento artístico" de un evento mucho mayor e importante, cuya existencia y finalidad tampoco era del dominio público, y que solo conocían los miembros de la cúspide republicana norteamericana: The Bohemian Grove.
The Bohemian Groove o La Arboleda Bohemia, era originalmente un club privado compuesto por un grupo  muy selecto de hombres de la élite de San Francisco, conocido como The Bohemian Club o El Club Bohemio. Celebraban un cónclave anual desde 1872 en un área boscosa de 11 km² en Monte Rio, California, con bares, logias y escenarios en medio de un bosque de secuoyas, al que invitaban a las personalidades más influyentes y ricas del mundo; unas 2000 personas.

La exclusividad de los 2000 miembros de este club admitía solo a artistas, (particularmente músicos y escritores), y hombres de negocios de gran renombre, banqueros, industriales, dirigentes de la economía, de las finanzas y de la política, y oficiales de alto rango del gobierno estadounidense.

Pero The Bohemian Grove era también una poderosa organización esotérica, entregada con pasión al ocultismo y a prácticas rituales de un surrealismo brutal. En este extraño retiro anual se mezclaban los negocios con ritos masónicos, y algunas dinámicas recreativas como el golf, el poker, la pesca, la caza y los deportes acuáticos. Los invitados eran agrupados a su llegada en distintos campamentos, y una vez terminado el retiro, debían cumplir con un pacto secreto que les prohibía revelar lo que había ocurrido allí.

Mientras vivió, Mustelier cumplió a rajatabla con su contrato y nunca contó a nadie, -ni siquiera a su familia-, su experiencia en aquella floresta encantada. Pero escribió todo lo que vivió en sus memorias, que aunque nunca han sido publicadas porque su familia recibió presiones, sí fueron difundidas posteriormente por sus sobrinos y sobrinos nietos (no tuvo hijos) en USA, de forma verbal en distintos programas de radio y televisión de los Estados Unidos.

Supo también Orlando que anualmente los miembros del club se reunían cada mes de julio en aquellos bosques de California, y acampaban en varias localizaciones de Monte Rio, incluyendo el Bosque de Muir, el parque Samuel P. Taylor, y una área separada cerca de los molinos de Duncan en la parte baja del río.
¿Qué hacían los hombres más cultos y poderosos de la Tierra reunidos en secreto en medio de un bosque, ataviados con disfraces imposibles y adorando a la estatua tenebrosa de un búho gigante?
Orlando descubriría la respuesta en los días siguientes de su llegada a California, cuando Garnier comenzó a montar un desquiciado espectáculo surreal con 120 bailarines, todos hombres hermosos entre los 18 y los 25 años de edad, que salían danzando de la floresta vestidos de fauno, para interpretar una danza ancestral en la inmensa explanada del claro de un bosque, donde se celebraron siete banquetes para casi 3000 comensales, entre miembros del club e invitados de honor.
Ahora sabemos que  bajo ese imponente techo arbóreo de las secuoyas milenarias de California, todavía hoy los jerarcas mundiales de la política, el arte y las finanzas, se reunen para discutir los más importantes problemas del mundo y negociar estrategias políticas o económicas al más alto nivel. De hecho, el archiconocido Club Bilderberg es considerado una “versión light” de la Bohemian Grove.

Pero sobre todo, el motivo fundamental del fasto es la celebración de un ceremonial pagano de inspiración druídica y satánica, con un fuego nocturno iluminando la inmensa estatua de ese búho que era una representación de Moloch, una divinidad babilónica, y de Lilith. 


El búho era y es también el logotipo actual del Bohemian Club. El ídolo ancestral conocido como Moloch (Moloch Baal o Baal, dios de los fenicios, cartagineses y cananitas), era considerado el símbolo del fuego purificador, que a su vez representa el espíritu. Se le identifica con Cronos y Saturno. Moloch también está en el imaginario del pueblo judío, y presente en diversos símbolos del poder de Estados Unidos, como en el billete del dolar, el Capitolio y el Congreso.
Los detractores de este evento singular han dicho barbaridades sobre él, intentando denostar la reunión para impedir su celebración. Se ha dicho que allí se celebran sacrificios humanos infantiles, que se mutilan personas y se ingiere carne humana en sus banquetes. Ninguno de estos extremos pasa de la superchería y la leyenda, pero sí se ha sabido de las frecuentes orgías que allí han tenido lugar en ediciones recientes.
En cuanto a Orlando Mustelier y a aquella edición de la Bohemian Grove de 1940, cuentan sus descendientes que las sesiones en las que participó, eran auténticos espectáculos teatrales con un derroche inaudito de vestuarios imposibles y decorados de fantasiosa imaginería. Él mismo interpretaba varios personajes durante el espectáculo, para los que tenía vestuarios y accesorios diferentes. Sus descendientes conservan cuatro viejas fotos originales del paso de Orlando por la Bohemian Grove, pero el bailarín solo aparece en ellas una vez vestido de Ángel Alado (foto de cabecera). 

Las noches en la BG terminaban en un gran final consistente en la simulación de un sacrificio humano ancestral: The Cremation of Care, donde los miles de invitados rendían culto a las fuerzas del mal alrededor de una inmensa pira.

Los miembros del elenco artístico y el servicio, estaban alojados en una zona distinta a las grandes personalidades, y tenían prohibido acercarse a ellos durante toda la semana que duraba el cónclave, excepto en el momento de sus actuaciones. 


A la entrada del Club había un logotipo con la divisa "Las arañas que tejen no vienen aquí", cuyo significado entonces Orlando desconocía, pero que hoy sabemos que se refería a las arañas que tejen tramposas telas para capturar su alimento, una alegoría del rechazo a quienes no guardaran la lealtad y el secreto debidos a la institución.  

Orlando nunca regresó a Cuba. Al terminar su trabajo en The Bohemian Grove, se había enamorado de un actor alemán también contratado para los espectáculos, y con él se fue a vivir a Washington DC. 
Años más tarde reunió a todos sus hermanos con él, y la familia se estableció en Houston hasta su muerte en 2005. Fue entonces que sus sobrinos leyeron sus memorias y desvelaron el secreto de su estancia en el selecto club. 


Entre los notables que han asistido a la Bohemian Grove están muchos presidentes norteamericanos anteriores a Trump (demócratas y republicanos) a saber: 

George W. Bush, Walker Bush, Jimmy Carter, Bill Clinton, Dwight D. Eisenhower, Herbert Hoover, Richard Nixon, Ronald Reagan, y William Howard, así como Dick Cheney, ex vice presidente, Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, John Kerry cuando era candidato presidencial, Arnold Schwarzenegger en su etapa de gobernador de California, y Bob Novak comentarista político de Massachusetts. 

 También ha estado por allí Colin Powell, hasta hoy el único negro invitado al cónclave, George Schultz, Henry Kissinger, millonarios de la talla de Stephen David Bechtel, Robert Gates, Leonard Firestone, David Rockefeller, Donald Rumsfeld y un ex miembro de la banda de rock, Grateful Dead. 
Ha habido también un buen número de personalidades europeas invitadas, como Michel Rocard, ex primer ministro francés, Valery Giscard d' Estaing, ex presidente francés y diseñador de la constitución europea, John Mayor, ex primer ministro británico, e incluso se dice que fue invitado el matrimonio Putin en el primer año de ejercicio del presidente ruso, pero que el líder declinó asistir.

La edición de 2008 de la Bohemian Grove, tuvo como invitado especial a Tony Blair, a varias celebridades de Hollywood y a muchos deportistas de élite mundial. En 2010, bajo las secuoyas californianas se decidieron asuntos claves de la política mundial como el derrame petrolero del Golfo de México, la recuperación del mercado de valores, el conflicto en Oriente Medio, o los campos de amapola de Afganistán, además de los efectos psicosociales y financieros de la Copa del Mundo recién concluida en Sudáfrica.

La mayor parte de lo que hoy se sabe sobre este club, junto a valiosas y excelentes fotografías (algunas de las cuales adjunto a esta crónica), se le debe al periodista norteamericano Alex Jones, que se infiltró en una de las reuniones con una cámara y escribió un libro, “Dark Secrets: Inside Bohemian Grove”, que documenta esa incursión en la sociedad secreta con momentos impagables de la secta en pleno ritual. 
El próximo cónclave de la Bohemian Grove será su edición 144 y tendrá un opening frante el 17 de julio de 2017. Quién sabe si entonces algún otro cubano haya seguido los pasos de Orlando Mustelier, el bailarín santiaguero del Sans Souci que formó parte de uno de los espectáculos más surrealistas del mundo.































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Author: verified_user

5 comentarios:

  1. Me encanta lo que haces! Lo que hacen, gracias! Por fin encontré donde comentar 😁

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  2. Tremenda y fantástica historia!! Inevitable, para mí, al leer esta crónica, es recordar "Eyes Wide Shut" (Kubrick-Cruise-Kidman, 1999) a su vez (según Google), basada en Traumnovelle de Arthur Schnitzler de 1926. Es sólo casualidad?

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  3. Una circuit party avant-la-lettre de pájaras millonarias.

    PPP

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